septiembre 21, 2016

¡Manos arriba, esto es un abrazo!




Un estudio hecho por científicos de la Universidad de Duke (Estados Unidos) llegó a la conclusión de que las personas necesitamos abrazos y caricias desde que nacemos, ya que el contacto físico juega un papel muy importante en el desarrollo y el estímulo de las neuronas.

Por desgracia la sociedad se ha ido volviendo fría y distante y cada vez cuesta más dar o recibir un abrazo. Dejamos estos gestos afectivos para la intimidad como si de un tabú se tratara, nos cuesta expresar nuestros sentimientos y en ciertas ocasiones si alguien te abraza puedes sentir hasta cierto rechazo.

Yo misma hace muchos años pasé por una época en la que no me gustaba el contacto físico de ese tipo. Si alguien me iba a poner el brazo por encima o darme un abrazo echaba un paso atrás y si no podía evitarlo por el compromiso, dentro de mi cuerpo sentía un escalofrio lleno de aprensión. La verdad es que fue una época un poco extraña donde necesitaba todo el afecto del mundo y sin embargo rehuía de él.


Los beneficios de los abrazos no se quedan sólo en el terreno emocional, sino que también ejercen un efecto positivo sobre nuestra salud. Entre ellos nos encontramos que:

  • Reducen el estrés y la ansiedad al reducir el cortisol, una hormona la cual genera el estrés y produce una respuesta inflamatoria en nuestro organismo.
  • Generan confianza y seguridad. Nada mejor que te abracen cuando sientes que el mundo se desmorona a tu alrededor. Ese abrazo es como una red salvavidas, un "no va a pasar nada"... Es más, cuando alguien al que no conoces lo suficiente te recibe con un abrazo, aunque al principio te quedes sorprendido por lo comentado antes, abre una puerta de confianza y afecto que siempre se agradece.
  • Reduce la presión arterial. Al abrazarnos se libera la Oxitocina (llamada la "Hormona del Amor") y se activan unos mecanorreceptores de la piel llamados Corpúsculos de Pacini, que se encargan de reducir la presión arterial. Cierto es que si nos abrazan cuando estamos nerviosos poco a poco nuestro pulso se va relajando y entramos en una situación más relajada y placentera.

  •  Mejora el sistema inmune (¡Dios mío, no me abraces que tengo Lupus!). Tranquilos que no es para tanto, pero sí que está demostrado que activa y favorece la creación de glóbulos blancos. Yo diría que más bien modula nuestra inmunidad, cosa que no nos viene mal a los que estamos con el tema bastante descontrolado. Ya sabéis médicos y doctores, a prescribir abrazos como parte del tratamiento y, porqué no, ¡también podéis darlos que no pasa nada!
  • Elevan la autoestima y favorecen la felicidad. Un estudio en el University College of London indica que la falta de abrazos y caricias pueden ser un desencadenante o agravante en enfermedades como la bulimia o la anorexia.
  • Según dicen, también ayudan a evitar la demencia ya que es un fuerte estímulo para nuestro sistema nervioso. Ya comentamos al principio que ayudan a nuestras neuronas.

Según la psicoterapeuta familiar Virgina Satir, necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 para mantenernos y 12 para crecer... ¿Llegáis a estas cifras? Yo no llego ni a la primera, así que tengo que cambiar esto como sea.
Como podéis comprobar todo son beneficios, así que eliminemos la negatividad y las vergüenzas absurdas y mostremos más nuestro afecto por los demás. No sólo con los que conocemos, sino también con aquellos que no conocemos tanto.

Un último dato. Hace no demasiado tiempo en una charla sobre el MIR de Reumatología escuché que los médicos más abrazados eran los reumatólogos (había estudios con sus estadísticas). Personalmente y por lo que a mí me toca doy fe de ello, así que señores doctores de otras especialidades comiencen a abrazar más a sus pacientes que seguro que se lo agradecerán.

Hoy finalizo con uno de mis grupos favoritos del panorama nacional: Skizoo y el tema titulado "Arriésgate" Y dime tú, ¿te vas a arriesgar a dar más abrazos?




Imágenes:
  • Descosido.
  • Tania Evans.
  • Proyecto Mares.
  • Giggy Lyona.
Fuentes:
  • Rincón de la Psicología.
  • La Mente es Maravillosa.
  • Mejor con Salud.

2 comentarios:

  1. Mi reumatóloga es la única que me pide besos y abrazos al llegar y marcharme de consulta (bueno ya no, ya es mutuo porque era yo la que mantenía la distancia). Curioso...
    Yo también he sido de poco contacto físico pero eso cambió trabajando con personas mayores (y te aseguro que lo echo muchísimo de menos y eso que era fatal para mí por alergias y otras complicaciones). ¡Ahora los abrazos de mis sobrinos son lo mejor del mundo!

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    1. A mí todavía me cuesta, no creas. Pero son muy reconfortantes y en momentos difíciles más todavía.
      Un abrazo de los grandes para tí, aunque sabes que lo tienes siempre!
      <3

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